14 de abril de 2008

No te Confíes

La vida está llena de gente hipócrita. De personas mentirosas. Falsas y farsantes. De máscaras y disfraces. No confíes en nada, ni en nadie. No confíes en tu familia, ni siquiera en tus padres y hermanos: Tus padres te dan consejos que ellos nunca han cumplido, somos el reflejo de sus pocas virtudes y sus muchos defectos. Tus hermanos son las personas más intrigosas, traicioneras y chismosas.

No confíes en un sacerdote, no hay soberbia peor que la de una persona dizque “elegida” por Dios; toman decisiones según sus propias conveniencias, abusan de su poder para violar niños, hacerse ricos, engañar gente y otras atrocidades. No te confíes de tus “amigos” porque sencillamente no existen, son simples compañeros, ya sea de escuela, de trabajo y sobre todo de borrachera, pero no más, si acaso

existiera uno, ése es tu perro, pero tampoco te confíes, es traicionero el hijo de puta, te mueve la cola porque le das de comer.

Pero de plano en la persona que no debes confiar jamás, es en una Mujer; si lo haces estás jodido, perdido, acabado, en el hoyo. Así como son encantadoras contigo, lo son con el primero que la vea por más de un segundo. Tú las puedes hacer reír pero ¿cuántos otros pueden enamorarlas? Así como son seductoras y encantadoras, también son despiadadas, crueles, calculadoras y traicioneras. Las mujeres actúan como los delitos con dolo: premeditación, alevosía y ventaja, por la sencilla razón que son más listas, inteligentes, descaradas, audaces, cínicas, perspicaces, discretas, que el género masculino. Por tanto no les creas ni una palabra de lo que dicen, no seas ingenuo y pendejo. Cuando la penetras y te ve a los ojos y dice amarte, no le creas. Cuando otro u otros se la cojan y llegue aún calurosa, olorosa y su sexo todavía húmedo, penétrala tú y ahora sí pregúntale que de dónde viene, No confíes aunque te lo jure por Dios, su mamá o su sabe quién.

Jamás le creas a una mujer. Jamás.

Lo cierto es que sin ellas, este apestoso mundo no sería nada. Bendita sean: Sus tetas. Sus nalgas. Su sexo. Su sensualidad. Su olor. Su erotismo. Su desnudez. Sus afeites. Su arte de engañar. Su equipo de seducción. Sus lágrimas listas. Su ego femenino sinónimo de sexo. Su histeria. Su ambición. Su compañía.

Sé tolerante. Comprensivo. Amoroso. Noble. Que uno mismo se sienta conmovido.

Debes saber que todo es una farsa.

De política, llámese democracia, elecciones y candidatos, mejor ni hablar. Que se pudran.

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