21 de abril de 2008

Help!


En 1980 Mark David Chapman era un ex empleado dedicado a la guardia de seguridad que recién había comprado un revolver. 38 en Hawai. La policía de Honolulu indicó en su momento que el hombre solicitó un permiso de portación de arma de fuego y por no tener antecedentes penales se le otorgó.

Chapman, un tipo poseído por múltiples demonios, abordó a Lennon la mañana del 8 de Diciembre de 1980, a las afueras del edifico Dakota en Nueva York. Le pidió un autógrafo para una copia del Double Fantasy, le solicitó un empleo y lo esperó hasta el anochecer. A las 11:00 p.m., una limusina blanca se detuvo en el Dakota. Yoko y Lennon descendieron del auto y el asesino, en posición de combate, grito: ‘’ ¡Eh, Mr. Lennon!’’ y soltó sus balas en el cuerpo de La Morsa. El resultado fue desastroso: dos balas perforaron el pulmón de John Lennon, una tercera le deshizo el hombro izquierdo, la cuarta le cortó la ahorta y seccionó la traquea. La quinta lo mató para siempre.

Dicen que minutos después de disparar en contra de John, Mark Chapman tiro el arma, tomo su ejemplar del El Guardián entre el Centeno (The Catcher in the rye) y se sentó a leer sobre la banqueta hasta que arribó la policía. Tuvo que pasar este incidente para que mucha gente en el mundo se enterara de la obra escrita en 1951 por J.D Salinger, libro fundamental de la cultura estaunidense contemporánea.

Hasta el momento a nadie le consta que el libro haya influido en el loquito de Champan a cometer tal crimen, pero no deja de ser una coincidencia macabra que el discípulo perturbado de Holden Caulfield (el anti héroe de la novela de Salinger) se refería a John y Yoko como phoney (cuyo significado sería algo así como ‘’falsos’’ o ‘’hipócritas’’) palabra empleada por el protagonista de la historia para aludir a los personajes que le rodean.

El libro cuenta la historia de un joven de 17 años, desde que es expulsado de la escuela unos días antes de Navidad hasta el reencuentro con su familia y su reclusión en un hospital psiquiátrico. El Guardián entre el Centeno nos describe la terrible soledad de un espíritu adolescente; Holden Caulfied, que pertenece a una familia de clase media alta de los Estados Unidos cuyo estado de ánimo es deprimente. La trama se desenreda cuando al final se revela una verdad inamovible: quien no se adapta, se aísla.

Holden se dedica a observar, describir y repudiar a la sociedad: sus absurdos y manías. Así como también a odiar a las imposiciones sociales que la mayoría de la gente acepta. Desde la distancia, el mismo Holden, exhibe a amigos, desconocidos, familiares y las cosas tan estúpidas que hacen los seres humanos para sentirse superiores.

Las frases que usan para sentirse superiores. Se burla de si mismo: ‘’ Siempre digo mucho gusto a alguien cuando en realidad no me da gusto haber conocido. Pero si uno quiere estar vivo debe de decir estas cosas’’. Cuando al final llega a su casa, se encuentra con su hermana menor Phoebe que lo cuestiona y le pregunta qué le gustaría hacer con su vida. Holden responde: que para las ciencias es un desastre y que tampoco abogado como su papá, porque los abogados en realidad no salvan vidas inocentes lo que hacen es "ganar un montón de billetes, jugar al golf y al bridge, comprarse coches, beber martinis secos y darse mucha importancia".

Respecto de la religión, confiesa: ‘’Me cae bien Jesús, pero no soporto a los apóstoles’’. Y el colmo de Holden es que ni siquiera ante la muerte se acaba el absurdo: ‘’Espero que cuando me muera alguien tenga el suficiente sentido como para arrojarme al río o algo así. Lo que sea menos fletearme en un maldito cementerio. Gente viniendo los domingos a traerme flores y todas esas tonterías. ¿Quién quiere flores cuando esta muerto? Nadie’’. Pero que si de verdad pudiera elegir, continúa Holden, sería algo así, como lo que dice un poema de Robert Burns:

“Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un

campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que

no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un

precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en

él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de

donde esté y los cojo. Esto es lo que me gustaría hacer todo el

tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno”.

Quien sabe cuanto haya influido en el asesino Chapman el personaje de Holden, posiblemente la desilusión de su antiguo héroe John Lennon; que según este vivía cómodamente, que no era realmente autentico y que hacia daño a los jóvenes con sus canciones, su admiración, amor e idolatría se fue transformando en odio y desprecio.

Desde la cárcel de Attica en el estado de Nueva York, declaró en alguna ocasión que mató a Lennon porque ‘’percibía su falsedad’’. En un documental transmitido por la BBC, Chapman se aferró a un fanatismo cristiano y comenzó a odiar a Lennon a partir de que éste declaró que ‘’los Beatles eran más famosos que Jesucristo’’.

Mark David Chapman terminó con la vida de John Winston Lennon, uno de los personajes más influyentes, ingeniosos, creativos, amados y contradictorios, pero sin duda uno de los más grandes músicos del siglo XX. Posiblemente ninguna otra muerte le ha afectado a tanta gente, no solo en el mundo de la música, sino en otros ámbitos.

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