14 de junio de 2011

6TO ENCUENTRO NACIONAL DE LETRAS INDEPENDIENTES



El jueves a las 17:00 -18 de junio a las 23:30



PROGRAMA
JUEVES 16 DE JUNIO DE 2011

SEDE:
ESCUELA DE LENGUA Y LITERATURAS HISPÁNICAS
Madero Oriente No. 580, Col. Centro

5:00 Inauguración

5:15pm a 6:00pm: Novedades editoriales. La puerta de enfrente de Ramón Lara, Noche de Muertos de Beatriz Rojas y Sueño de plumas negras de Claudia Islas. Moderador: Óscar Quevedo

6:00pm a 6:30pm Lectura del Taller Xiraliteral. Moderadora: Alejandra Quintero

6:35pm a 7:35pm Mesa de lectura: Elma Correa, José Agustín Solórzano, Carlos Martínez Rentería, Salvador Munguía y Ernesto Hernández Doblas. Moderadora: Claudia Islas

7:40pm Presentación del libro Verde Shangai (Tusquets, 2011) de Cristina Rivera Garza. Moderador: Francisco Valenzuela

VIERNES 17 DE JUNIO DE 2011

SEDE:
Universidad de Morelia
Av. Tata Vasco esq. Fray Antonio de Lisboa, donde termina La Calzada de San Diego.

11:30 am: Presentación del número 15 del Art Fanzine Monocromo. Moderadora: Alejandra Quintero

12:00pm a 1:00pm Mesa 1: “Por estar tuiteando no termino mi novela” (Rafa Saavedra, Adrián González Camargo y Francisco Valenzuela) Moderadora: Elma Correa

1:05pm a 2:00pm Mesa de lectura: Oscar Benassini, Sidharta Ochoa, Gustavo Ogarrio, Antonio León y Antonio Monter. Moderador: Óscar Quevedo

COMIDA


SEDE:
EAT
Allende #590 Col Centro


5:00pm A 6:00pm Mesa 2: “Soy narrador hasta el tope” perspectiva de la narrativa michoacana (Francisco Javier Larios, Miguel Ángel García, Gustavo Ogarrio, Jesús Baldovinos, Antonio Monter y Edgar Omar Avilés). Moderador: Alfredo Carrera

6:05pm a 6:50pm Novedades editoriales. Tatema y Tabú de Sidharta Ochoa, Palabra anclada al cuerpo de Manuel Barajas y Arnabeth Muñoz. Moderador: Óscar Quevedo

6:55pm a 7:15pm Presentación del proyecto editorial Clarimonda Drunk Ediciones dirigido por Manuel Noctis. Moderador: Óscar Quevedo

7:20pm a 8:20pm Mesa de lectura: Rafa Saavedra, Darío Zalapa, Citlali Guerrero, Rojo Córdova, Claudia Islas y Daniel Wence. Moderador: Sidharta Ochoa

8:25pm Presentación del libro Dulces batallas que nos animan la noche. Antología del Encuentro de Letras Independientes 2006- 2011. Presentadores: Gustavo Ogarrio y Alejandra Quintero


SÁBADO 18 DE JUNIO DE 2011

SEDE:
CENTRO CULTURAL HIDALGO (LIBRERÍA HIDALGO)
MADERO PTE. #430 CENTRO

12:00pm a 1:00pm Mesa 3:“¿Quién carajos lee a los escritores mexicanos?” (J.M. Servín, Elma Correa, Omar Arriaga y Franco Félix) Modera: Francisco Valenzuela

1:05pm a 2:00pm Presentación del libro Idos de la mente (Tusquets, 2010) de Luis Humberto Crosthwaite . Moderadora: Esmeralda Ceballos

COMIDA

SEDE:
CACTUX (CENTRO GASTRÓNOMICO CULTURAL)
Héroes de Nacozari #191 Esq. 1o de mayo

5:00pm a 6:00pm Mesa de Revistas: Espiral-Tijuana, Ornitorrinco- Morelia, Rojo Amate-Morelia, Shandy-Sonora, Zarabanda-DF, La tempestad- DF, Revista Hilo/DIF estatal (proyecto: sin perder el hilo) Moderador: Gil

6:05pm a 6:35pm Proyecto: Cuentos para dormir androides de Francisco Valenzuela. Moderador: Héctor Daniel Pérez Aguilera

6:40pm a 7:30pm Mesa de lectura: Bibiana Camacho, Jeremías Marquínez, Esmeralda Ceballos, Franco Félix y J.M. Servín. Moderadora: Diassani Sosa

7:35pm Slam Poético coordinado por Rojo Córdova
(intermedio de Slam Poético: Inquilino Bubba)
FIESTA DE CLAUSURA: DJ NOCTIS

26 de mayo de 2011

Henry

chava munguía

Como casi siempre, El Bar estaba oscuro y mal oliente, olía a orines y aserrín. Yo estaba acodado en la barra de la cantina, medio borracho. A mi lado un viejo bebía solo. En la rockola sonaba una canción de los Invasores de Nuevo León. El Bar estaba casi vacío. El viejo, reía solo, no eran carcajadas, reía casi para si mismo. Transcurrieron varios litros de cerveza para reconocerlo. Se podría pensar que en mi borrachera esta historia es inventada. Pero no lo es. Y el viejo al que me refiero, se llama, Henry Miller. Carajo, y todo mundo pensando que estaba muerto.

—Usted es Henry Miller?

—eso me dijeron mis padres -contestó gentil, de buen humor.

—qué hace usted aquí?....creíamos que estaba usted muerto.

—andaba de parranda, hijo, como dicen ustedes los mexicanos.... y un poco asqueado del mundo, la verdad es que me tomo estos tragos y en seguida me muero.
—carajo, no diga eso, Henry.

—ya viví mucho, estoy cansado, hace mucho perdí las esperanzas y los humanos son una mala broma de dios.

—parece tener un bajo concepto de la especie humana.

—son los justos los que arruinaron todo, quienes están cometiendo los crímenes contra el hombre, los justos son los auténticos monstruos. Los justos son quienes exigen nuestras huellas dactilares, quienes nos demuestran que hemos muerto aun cuando estamos ante ellos en carne y hueso.

perdón, Henry, pero si usted se muere, qué esperanza tenemos los que nos quedamos?

la jodienda, coge todo lo que puedas, muchacho, la jodienda me ha enseñado que es lo único que sostiene al mundo.

—oye, Henry has escrito mucho sobre las mujeres, ¿qué opinión tienes hoy en día de ellas?

—lo mismo que hace años, no les basta una buena cogida… quieren tu alma también.

—¿te refieres a todas las mujeres?

—sin excepción.

—perdón por mi pregunta y mi atrevimiento, pero qué parte te gusta más de las mujeres?

—el coño, y a ti?

—las piernas, las piernas representan un misterio para mi.

—bien hecho, muchacho, salud.

—pero te voy a decir una cosa, muchacho, hay una variedad infinita de piernas.... y de coños... hay coños caníbales, que se abren de par en par como las mandíbulas de la ballena y te tragan vivo; hay también coños masoquistas, que se cierran como las ostras y tienen conchas duras y quizás una perla o dos dentro; hay coños telegráficos, que practican el código Morse y dejan la mente llena de puntos y rayas; hay coños políticos, que están saturados de ideología y niegan hasta la menopausia; hay coños vegetativos, que no dan respuesta a no ser que los extirpes de raíz; hay coños religiosos, que huelen como los adventistas del Sétimo Día y están llenos de abalorios, gusanos, conchas de almeja, excremento de ovejas y, de vez en cuando, migas de pan; hay coños diversos, que se resisten a cualquier clasificación o descripción, con los que te tropiezas una sola vez en la vida y que te dejan mustio y marcado; hay coños hechos de pura alegría, que no tienen nombre ni antecedente y son los mejores de todos, pero, ¿adónde han ido a derramarse?

Y, por último, existe el coño que lo es todo y vamos a llamarlo supercoño, pues no es de esta tierra, sino de ese país radiante a donde hace mucho nos invitaron a huir: el País de la Jodienda, que es donde vive el Padre Apis, el toro profético que se abrió paso a cornadas hasta el cielo y destronó a las deidades castradas del bien y el mal.... y no cualquiera, muchacho, no cualquiera conoce el súper coño...espero que tú algún día.

—Gracias. Salud, Henry.

—salud, hijo, creo que ahora si es momento de morirme.

—no la chingue, si estamos chupando tranquilos.

—ya me enfadé.

—ya no le pregunto nada, perdón si lo estoy molestando.

—no hay cuidado...pero ya es hora, muchacho...a propósito, cómo te llamas?

—Salvador, pero me puede decir Chava.

—a qué te dedicas, hijo?

—a no mucho... pero me gusta escribir.

—no escuchó bien, cómo me dijiste que te llamabas?

—dígame Chava...

—Muy bien hijo, te diré una cosa, no pierdas el tiempo en pendejadas, dedícate a conocer chicas, coge con ellas, busca el supercoño... Ahora que si quieres escribir para coger con ellas, te daré un consejo; que tus ideas vayan unidas a la acción; si no hay sexo y vitalidad en ellas, no hay acción. Las ideas no pueden existir solas en el vacío de la mente. Las ideas están relacionadas con la vida: ideas hepáticas, ideas renales, ideas intersticiales.

—gracias por el consejo, maestro, pero no le entendí ni un carajo.

—no me vuelvas a decir maestro...y no tengo tiempo de explicarte con manzanas, la muerte me espera. Fue un gusto, muchacho, voy a morir a un lugar más tranquilo y dónde no vendan cerveza indio, sabe horrible.

—como usted diga, maestro.

—carajo, que no me digas maestro...un placer.

—el placer fue mío.

Mientras tragaba las últimas gotas calientes del fondo de mi cerveza, me arrepentí de no haberme tomado una foto con él en mi Iphone. Pagué la cuenta y salí en busca de Henry pero fue demasiado tarde. Quién sabe a dónde haya ido a morir. Afuera la noche era fresca. Las estrellas brillaban tan claras, serenas, remotamente. Brillaban apacibles como cada noche, iluminando el camino, apaciguando el corazón.

3 de mayo de 2011


Felices los normales, esos seres extraños, los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho... los delicados, los sensatos, los finos. Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños, las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos que sus padres. Palabra de Roberto Fernández Retamar.

14 de abril de 2011

El pene tiene razones que el hombre desconoce.


San Agustín cuenta que en la época del paraíso terrenal, Adán y Eva tenían cuerpos espirituales que eran inmunes al deseo, no había libido. Adán en el Paraíso era capaz de levantar su miembro como si levantara un brazo o una pierna. El hombre no estaba sujeto al pecado, no había una fuerza exterior que lo dominanara, que controlara su miembro. Pero después de que Adán y Eva muerden la fruta prohibida, él pierde el control de su pene. A partir de entonces, Eva toma ese poder de controlar las erecciones. ¿Qué buscaba la naturaleza o dios con eso?

1 de abril de 2011

El ciego



por: Chava Munguía

Uso lentes porque estoy ciego. Los uso desde hace más de 15 años. Tengo miopía y astigmatismo. Sin ellos soy un ser desvalido, un desamparado. Sin ellos no soy nadie. Sin ellos no soy yo, soy otro. La idea de operarme está descartada. No quisiera asomarse al espejo y no saber quién soy. Son indispensables, sí, pero dejan de serlo en la intimidad, en la cama, en el cuerpo a cuerpo. Hay momentos que se debe saber usar el instinto, el tacto.

En 15 años he perdido infinidad de armazones. Un solo día sin lentes es un día miserable y ruin. Un día gris, oscuro. Un día insoportable, de terribles jaquecas.

Maldije con el fondo de mi corazón a los creadores del formato 3-D. Acudí a la primer función de cine en ese formato y jamás he vuelto. Vaya insensatez tener que usar un armazón encima de otro.

No existen ventajas ser un cegatón pero uno tiene que buscarlas, “por qué no me saludaste”, “perdón pero no te vi”. “joven, aquí no puede estacionarse”, “acaso usted también está ciego”, “ves lo que te conviene, cabrón”, dice mi madre.

Hace un par de años probé usar lentes de contacto, sin embargo es casi tan molesto como despertar a diario con la misma mujer. Un pensamiento recurrente me hace infeliz las madrugadas, el día que la vista se nuble por completo y quede envuelto en tinieblas.

La semana pasada, después de haber enfrentado un ríspido y difícil partido de fútbol, -donde salimos airosos- mis compañeros del equipo y un servidor, tomamos la iniciativa de festejar con algunos tragos, bien merecidos lo teníamos. La tarde caía y las botellas se vaciaban con prontitud. Nuestras conversaciones eran banales y sencillas; fútbol, mujeres, borracheras. Era una tarde seca y calurosa. La noche llegó con la segunda botella de un ron desconocido y barato. Esta madre nos va a dejar ciegos, digo alguien por ahí. A mi me daba lo mismo, más ciego no podía estar, -al menos eso creía-. Después de la segunda llegó la tercera. Cuando se vació la tercera, conocí de cerca las tinieblas. No eran espesas como pensaba, eran grises como el humo. Pedí cortésmente que alguien me llevara a mi hogar, estaba imposibilitado de hacerlo por cuenta propia. Con el uniforme y los zapatos de fút aun puestos me fui a dormir, seguro de despertar con la vista nítida. Pero no. El ron tenía cuentas pendientes conmigo. Desperté ciego, literal. El viernes negro le llamo yo. Al despertar, una tela delgada y gris se posaba por encima de mis ojos, de mi vista. Me enjugué los ojos con agua y jabón, quizá tenía los ojos llenos de lagañas y de lodo. Parpadeaba con rapidez creyendo que el mundo se aclararía. Nada. La oscuridad amenazaba con quedarse para siempre. Una inmensa desesperación se apoderó de todo mi ser. Llamé a mi madre. Leticia, me quede ciego. Deja de decir estupideces, sigues borracho, eso es lo que pasa. Su comentario me entristeció. Te lo juro, -insistí-. Voy hacer unos pagos al banco, surto la despensa y después voy a tu casa. No jodas, madre, es en serio. Llegó a mi casa después de una hora. Vamos a un doctor, dijo. Fuimos con el oftalmólogo Fulano de Tal. Al maldito no le bastó con humillarme delante de mi progenitora dándome consejos de vida y salud, y recalcando el daño que ocasiona el alcohol en el organismo. Doctor, regréseme la vista y deje de decir pendejadas. Tranquilo joven, eso le pasa por andar consumiendo bebidas adulteradas, se va a tomar esto y lo otro, cada 8 horas, las gotas cada 6, sino mejora para el domingo, el lunes aquí los espero. ¡Hasta el domingo! ¡No chingue doctor!...

Salí derrotado. Pensé irme de rodillas a la iglesia más lejana, posiblemente los santos se apiadaran de mi. Al llegar a mi casa me encerré en el baño y solté unos lagrimones. Mis ojos solo servían para derramar lagrimas, tenía una fuga y no había quien pudiera cerrar la llave.

Cuando mi mujer llegó me encontraba más tranquilo. De favor le pedí que buscara en la red perros lazarillos. Los precios rondaban entre los 10 y 15 mil dólares. Usa mi tarjeta de crédito y lo demás pídeselos prestados a tus papas, después les pago, le dije desesperado. No exageres, para empezar tu crédito es de 6 mil pesos, mis papás no tienen ese dinero y ni siquiera te has tomado el medicamento… no seas dramático, verás que mañana estarás mejor, -contestó ella quitada de la pena, y no conforme remató-, ahora vuelvo, se te ofrece algo, ¿quieres que te traiga algo de comer?, ¿te rento una película? Sin éxito le aventé un vaso que tenía a la mano. Perdón no quise decir eso, se me salió, pero así no vas a lograr nada, -dijo apenada-Deja de hacer pendejadas, Salvador, gruñó mi madre. Les pedí de favor que se largaran. Ya nada tenía sentido. Era un cadáver que seguía respirando. Un invalido. Perdón, una persona con capacidades diferentes.

El resto del día imaginaba mi nueva vida. Una tragedia sin duda. ¿Quién se haría cargo de algo tan molesto?, ¿valdría la pena seguir viviendo?, ¿había llegado el momento y la ocasión para ponerle fin a mi existencia?, ¿qué cosas echaría de menos sin la vista? Para animarme me decía para mí mismo, al fin ya viste todo, deja de lloriquear, te aseguro que no será nada agradable ver como se le caen las chichis a tu vieja, como palidece el mundo con tanto desastre natural. Me importaba un carajo ver los amaneceres, los atardeceres. Pero me entristecía no poder ver nunca más el rostro arrugado de mi abuela, las piernas enceradas de una mujer, leer un libro, ver la semifinal de la Champion League, pasear en moto, la expresión de una mujer cuando miente, hurgar el facebook de Vikka, que no tengo el gusto de conocerla pero está bien buena, etc., etc..

La idea de leer la biblia en braille amargó mi espíritu de nuevo. Durante el resto del día me invadían momentos de angustia y desesperación… de resignación, de tristeza. Curiosamente el ron se me antojaba más que nunca. Descarté dichas tentaciones durmiendo casi todo el día. Ni siquiera pude soñar, ni me importaba.

No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo aguante, dice el dicho. Afortunadamente no tuve que esperar 100 años. Al día siguiente, la luz había vuelto, era como cuando te cortan un servicio domestico que pagas y lo vuelven a reinstalar. Bendito día. Di gracias al señor, a sus apóstoles, a sus santos y a sus vírgenes. Lo mismo hice con los astros y con buda. Hacia mucho tiempo que no percibía un día más resplandeciente y luminoso. Los objetos volvían a ser visibles. Las personas dejaron de ser sombras y sonidos.

Había resucitado de las cavernas.

Escribo este testimonio 8 días después de aquel viernes negro. Me encuentro sentado en la terraza de un bonito jardín del centro histórico. Nunca había visto chicas tan hermosas caminar a estas horas del medio día. El mesero me ha traído un ron Zacapa Centenario, el mejor ron del mundo según él. Una linda señorita me guiña el ojo desde la otra mesa… voy a ver que se le ofrece.

23 de febrero de 2011

Sueños guajiros



Chava Munguía

El despertador suena justo a las 6 de la mañana. Hace un leve coraje casi para si misma por tener que despertarse a esas horas. Sale de bañarse. Sigilosa comienza a vestirse, no quiere despertarlo. Se maquilla con paciencia.

6:43 Desayuna despacio, sola, en silencio. Desde hace días una idea invade su cabeza. Una idea que le provoca repulsión, amargura… atracción, deseo. Trata de pensar en otra cosa; en el tráfico, en la clase que no alcanzó a preparar, en el cumpleaños de su madre. Nada es suficiente. Una voz taladra sus sienes como un clavo: se lo merece, dice la voz, merece todo el dolor y todo el sufrimiento y toda la amargura y toda la soledad y la muerte, merece morir. La idea se clava en su cabeza como una sanguijuela que succiona rápidamente cualquier otro pensamiento que no sea la muerte de Ray. Imagina la muerte. La muerte toma forma y figura, matices, expresiones, posibilidades, lugares comunes.

Descarta que una simple bala perfore el cráneo de Ray, es tan soso, piensa. En cambio, le atrae más la idea de cruzar una daga, un cuchillo, un fierro delgado y frío que atraviese el estomago, vísceras, tripas, pulmones, lo que se lleve. Se excita imaginar el rostro de Ray mientras se retuerce agónicamente. ¿Tendrá la misma sonrisa cínica de siempre?, se pregunta. Pero también descarta dicha posibilidad por dos cosas: sabe que es una mujer frágil y que la sangre le produce nauseas y mareos.

Termina de desayunar. Lava el plato del cereal. Abajo del fregadero recuerda que guarda un veneno. Lee el instructivo de un raticida que nunca usó: Si se decide a utilizar los raticidas, tendremos que saber que existen dos tipos. Uno de ellos es el agudo, provoca la muerte rápida de la rata, se puede ver a estos mismos muertos, es útil si la rata a desarrollado resistencia a los anticoagulantes, y con poca cantidad podremos lograr el envenenamiento y muerte de la rata. Se decepciona al no encontrar detalles del segundo tipo. Vuelve a descartar otra posibilidad. Lo que menos desea es verlo morir rápidamente.

Son las 7:21. Sube a cepillarse los dientes. No tiene más tiempo de seguir pensando.

7:27 Despide -como todos los días- a Ray con un beso en la mejilla. Él duerme profundamente. Quizá sueñe con habitar ciudades malditas, otra Gomorra, otra Sodoma. Quizá sueña que nada en una playa de Mallorca rodeado de sirenas hermosas color púrpura. Quizá este soñando que muere sin despertar.