Las esquinas de este día cuadrado, plano y gris tensan mi mandíbula, torpe, intento lavar los trastes sucios u ordenar la habitación, pero no, me voy de paso y la voluntad se resbala con el jabón, lo dejo para después, llevo trece días con insomnio y en estado zombie.
En realidad no tengo trabajo y las deudas comenzaron a rebozarme, aún no surten efecto las solicitudes de empleo, en algunas empresas es indignante el rechazo y el trato por el simple hecho de pedirlo.
Espero se me baje el susto y el desánimo que traigo atorado en la quijada y que no me deja dormir sí, porque después de recibir una violenta llamada intentando un secuestro que me dejó temblando, a las pocas semanas levantan a un abogado adinerado en pleno día en la avenida principal de la ciudad, con persecución a punta de armas de largo alcance al estilo Hollywood.
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