10 de junio de 2008

Al estilo Hollywood

Por: Rafaela Rentería

Las esquinas de este día cuadrado, plano y gris tensan mi mandíbula, torpe, intento lavar los trastes sucios u ordenar la habitación, pero no, me voy de paso y la voluntad se resbala con el jabón, lo dejo para después, llevo trece días con insomnio y en estado zombie.

En realidad no tengo trabajo y las deudas comenzaron a rebozarme, aún no surten efecto las solicitudes de empleo, en algunas empresas es indignante el rechazo y el trato por el simple hecho de pedirlo.

Espero se me baje el susto y el desánimo que traigo atorado en la quijada y que no me deja dormir sí, porque después de recibir una violenta llamada intentando un secuestro que me dejó temblando, a las pocas semanas levantan a un abogado adinerado en pleno día en la avenida principal de la ciudad, con persecución a punta de armas de largo alcance al estilo Hollywood.

Es nuestra barbarie cotidiana. Sí, me asustan las armas pero no me sorprende, comprendo su enojo y desesperación por el hambre, también ese instinto animal de sobrevivir a cambio de la vida del otro, porque yo lo estoy sintiendo ahora, pero mi cobardía es mayor, prefiero trabarme, aunque bueno, si cambio de opinión anoté el teléfono celular que apareció en la manta colgada del puente peatonal en Tamaulipas, para poderse reclutar con los zetas, para variar no cumplo con el requisito de ser exmilitar o exjudicial, espero que mi título universitario pueda servir de algo con los zetas y así destrabar esta quijada. Pero me siguen dando miedo las pinches armas…

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